sábado, 5 de diciembre de 2009

La verdad de los ojos

Si bien conviven entre todos nosotros como eternos y ancestrales fantasmas, tal vez su asiduo uso y abuso han difuminado sus contornos y gestos, por lo que entonces, hay pocos que a esta altura pueden definirlos con exactitud y propiedad. Tal vez muchos esbocen o balbuceen algunas ideas al respecto, escojan los mejores ejemplos para personificarlos, pero casi nadie puede o ha podido, darles una definición precisa, consensuada y universal. La belleza y la fealdad conservan su longevidad pero rondan vagabundos sin poder encontrar gestos propios, únicos, inconfundibles e indiscutibles.

Cierto es que muchos, millones, se la pasan evocando y señalando ejemplos que encarnen lo bello y lo feo. Casi como árbitros celestiales, se elevan para emitir un juicio polarizante y selectivo a la hora de decidir sobre la belleza de un elemento. Posiblemente la clave para tan trascendente decisión, se la brinden dos socios fieles e incondicionales. Son esos que a través de sus percepciones traducen casi instantáneamente aquello que ven, en algo bello o algo feo. ¿Qué será entonces aquello que los ojos captan tan inmediatamente sin precisar ni un segundo más para la revisión o la reflexión?

No caben dudas, que en reiteradas ocasiones muchos de ellos coinciden con otros, y entonces casi de forma profética se alzan en un ritual de alabanza o en el peor de los casos de ostigación, burla, risa y por supuesto segregación hacia el objeto o sujeto percibido. Pero, también es cierto, que hay muchas otras veces, en que no hay coincidencias o lo que es peor, hay percepciones casi opuestas. Y es allí, en el disenso de los ojos, en que uno podría inmediatamente preguntarse, pues entonces ¿Quien tiene la razón? Pero tal vez, luego de presenciar la ponencia de argumentos, uno todavía no pueda decidirse por uno u otro. Quizás, los dos tengan razón, o ninguno la tenga.

La llegada de otra versión, de otros ojos, nos hace dudar sobre la propia, y entonces desconfiar de quienes nos ordenan sobre lo cotidiano. Y así, como fruto de la duda, puede que uno decida dar una segunda mirada para corroborar las primeras sensaciones y así descartar todo disenso. Pero suele ocurrir, que justo cuando se voltea la vista por segunda vez, cuando se observa con detenimiento, o se cambia el ángulo de visión, los ojos ya no cuentan la misma historia. Ahora entonces, frente a la multiplicidad de miradas, historias, sensaciones, ¿Dónde está la verdad? ¿Cual de todos los ojos poseen la razón y pueden determinar y discernir entre lo bello y lo feo?

Aquellas fotografías que los ojos guardan, añoran y esconden; pueden desempolvarse con gran facilidad. Pero ya, aunque hayan sido esos mismos ojos, los que han fotografiado aquella vieja escena, son los mismos que hoy, al recordarla, muestran otra.

El abanico se despliega con una amplitud infinita y un ritmo indefinido. Es por eso entonces, que resulta imposible atribuirle la certeza y la razón a un solo par de ojos. Las diferentes, constantes, variadas e infinitas capturas hacen de la realidad una materia casi inaprensible y difícilmente definible con parámetros exactos, objetivos.

Cada mirada fotografía las escenas con su propio lente. La certeza llega rápidamente de la mano de la materialidad al revelar el rollo de la cámara. Pero también puede irse sólo en un segundo, cuando las fotografías llegan a manos de otros ojos.

“Blow up”Michelangelo Antonioni (1966) – Italia.

Adaptación del relato “Las babas del diablo” de Julio Cortázar

“[...] su héroe favorito es el que mira. Es peligroso, ya que al observar, al mirar más tiempo del necesario[...], se desequilibra el orden establecido, en tanto que, normalmente, el tiempo exacto de una mirada es algo que dicta la sociedad”. (Roland Barthes)

3 comentarios:

  1. Barthes, Cortázar, Antonioni..
    You BLEW UP my soul!

    Las 5 horas que todavía no puedo creer.

    ResponderEliminar
  2. wow! con barthes incluido!

    Quería agregar alguna cita del cuento, algo así, porque da para una discusión infinita, precisamente por eso de las múltiples miradas.
    Para mí le faltó un poquito de todas aquellas cosas que ya conversamos mil veces de esta peli, no? jeje las tomas largas, los silencios, las disrupciones y el momento único de tensión al ir foto por foto a descubrir lo terrible. Yo no podria explicarlo como vos por eso me quedaron las ganitas de releer todo eso jeje

    Pero de todas formas, las múltiples miradas que tengo me dicen que me gustan mucho tus criticas =)


    besos!

    ResponderEliminar
  3. Hola virr pues me encanta este sitio! asique si estás interesada en sr parte de nuestro banco cinéfilo no lo dudes, solo necesitaría alguna imagen que te identifique y unas palabras de descripción de tu blog (contenido, idea, temas, etc)
    Muchas gracias por visitarnos!

    ResponderEliminar